Si tuviera que definirme de algún modo probablemente diría que soy publicista de nacimiento. Mi madre siempre cuenta que cuando era niña no quería ver dibujitos, solo los anuncios de la tele, y que por eso me grababan cintas de video solo con publicidad. Quizás por eso desde que tengo uso de razón me recuerdo fijándome en la publicidad que me rodea, analizando cada detalle y sometiendo a un tercer grado su imagen… Siempre tuve clara mi vocación, por eso estudié ADE con la especialidad en Marketing, luego un Master de Publicidad en ICADE y finalmente un MBA en el IE (Instituto de Empresa).
Soy de El Puerto de Santa María (Cádiz), he vivido 20 años en Madrid y ahora vivo en Bormujos, Sevilla, con mi marido y mis tres hijos. Sí, lo has adivinado. Mi casa huele a colonia Nenuco. Encima de la mesilla de noche tengo una foto de mis padres y si tuviera que elegir un recuerdo de mi infancia, seguramente hablaría de todas aquellas tardes en las que mi padre nos llevaba a mi hermano y a mí a la playa para ver la puesta de sol en búsqueda del rayo verde que cumplía deseos…
Comencé mi carrera profesional trabajando en dos agencias de publicidad multinacionales, Grupo McCann Erickson Worldwide y Grupo Tapsa (ahora Y&R), y después me pasé al lado del anunciante en un Banco donde conseguí un Gran AMPE de Plata y fuimos finalistas de un AMPE Multimedia. Nunca pensé en emprender, pero un día me di cuenta de que no tenía sentido malgastar mi vida y mi carrera en un lugar en el que no era feliz, en el que no podía conciliar y en el que mi creatividad se veía diariamente limitada… y por eso fundé mi primera empresa, Koco Chic.
Siempre me ha gustado desafiarme con nuevos retos. Me chifla ese momento en el que tienes que enfrentarte a un folio en blanco. Hay gente a la que le bloquea el tener que inventar pero a mí no, me apasiona todo lo que se puede crear desde cero, solo con imaginación, energía positiva y ganas.
Adoro la pasta, los planes de peli y manta, y me apasiona el cine coreano. Si me tocara la lotería, creo que estaría todo el día viendo películas… Bueno, también pagaría la hipoteca de mi casa, aseguraría el futuro de mis hijos, me marcaría un buen viaje con mi marido… Y probablemente montaría una empresa que me ronda la cabeza desde hace mucho y que va de segundas oportunidades para la gente discriminada.